R. A una pura coherencia con lo encontrado. Una de esas pocas palabras es desnudez, que alude tanto a la desnudez física, la del desierto, como a la corporal, y que evoca una zona en la cual, efectivamente, se mueve mi poesía. Se trata de una zona muy poco poblada, y lo que ahí se encuentra pertenece más al orden del silencio, con el cual se hacen señas determinadas palabras, que al del contenido, al que hay que describir verbalmente. La prueba de esa coherencia, que experimento sobre todo cuando leo en público, la tengo en la gratificación que recibo a propósito de mi poesía: es justo la medida del silencio que yo genero. Si al terminar de leer un poema, el oyente quedó escuchando, es que el poema habló.
De: Entrevista de Carlos Orteaga (2001)
Poemas
De: Brasa blanca
57
I
invisible rojo de lo dicho
amanece
la palabra sobre el silencio
II
mirada
la desnudez
abriga
III
cobija el ya tanto desamparo
58
a mi locura
le amaneció un rostro
manándose
hasta rebasar
su misma orilla
hasta no saber
si navego aun en tu iris
tu destierro
tu venirme
o naufrago mi locura
velaje sin casco
palabra sin nombre
De: Pan de barro
77
quema y llama este río
de sed
que nos va abrazando
recorremos años esperando
días
deletreamos
silencios
balbuceando el latido
De: Errancias verdes
44
después vendrán
las aguas,
ahora es esculpir
el barro
hacer de estatuas
la espera en llamas
De: Escrito en un reflejo
39
como toda la vida esperando que se enciendan
las luces,
hasta que las luces se apagan.
como siempre un paso atrás de cada paso mío
o llegando dentro de otro adentro
que me vuelve a dejar afuera
41
me arrojaron a la arena en un circo
de gradas vacías,
me arrojaron a las fieras en una arena sin fieras
me condenaron a muerte
y me olvidaron atado al borde de la vida
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